martes, noviembre 21, 2006

"Brooklyn Follies" de Paul Auster

Es increíble que un libro tan optimista y que trate de trasmitir tantas ganas de vivir como éste me guste. Si, normalmente tengo tendencias más oscuras o simplemente más melancólicas. Sin embargo en este caso no soy capaz de poner ningún pero a esta novela. Al contrario le encuentro bastantes virtudes.

Por un lado tiene un estilo claro, fluido, transparente. Se lee de un tirón, engancha. Y es curioso, porque lo que cuenta es un punto cotidiano y otro punto emotivo sin llegar al melodrama. Por otro lado hay pequeños guiños literarios, fases cómicas, trascendentes y hasta líricas, sin dejar en ningún momento de ser una lectura entretenida. La fase Hotel Existencia es un buen ejemplo, con cambio de registro y de tiempos y a la vez integrándose perfectamente en la novela...

Y los personajes, con su normalidad encantadora, son los perfectos conductores de la historia. El narrador, Nathan, un jubilado convaleciente, su sobrino Tom, un aspirante a doctor en literatura que arrojó la toalla anticipadamente, su jefe, un gay que estuvo en la cárcel... A todos ellos, y al resto de los personajes, la vida les ha tratado mal, han tenido sus altibajos, pero logran encontrar un sentido, una orientación a su vida. Eso es lo más delicado de la novela, porque podría resultar un edulcorado pasteleo o peor, un panfleto estilo autoayuda. Pero no es eso. Auster es capaz de cotidianeizar la felicidad y hacerla creíble. En ese sentido y en alguno más está claro que es un grandísimo contador de historias, tanto breves como más intrincadas. Tiene esa virtud, que también tiene Bryce, éste más exageradamente, claro, de adelantar acontecimientos, incluso los más relevantes y que sin embargo resulten interesante cuando se retoman.

Por ponerle algún defectico, quizás es un poco estereotípico en cuanto a las posiciones políticas, un poco vota a los demócratas, odia a los republicanos, que en principio no es que me parezca mal, sólo que lo presenta de un modo un poco hooliganiano, claro, que yo no vivo en los Estados unidos de George W. Bush...

En fin, una novela altamente recomendable, de una forma impecable y de un fondo como mínimo muy agradable.

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